Una hermosa reunión donde un precioso ambiente de libertad y gozo en nuestros corazones se pudo sentir desde el comienzo de la reunión.
Unos momentos de alabanza que trajo libertad a nuestras vidas, pudiendo danzar, saltar y cantar con el corazón a nuestro Dios.
El Espíritu Santo fue quien ministro a cada uno de los corazones, dando gozo, cambiando el luto por un manto de Alegría, declarando verdades a los aires, haciendo sonar nuestras voces como trompetas, anunciando que nuestro Dios Reina.
Mostramos algunos de los momentos de esta preciosa reunión.