Palabras de Nuestro Pastor

Nuestro pastor Mariano Pierini hizo este escrito para hacerles llegar cómo fue el principio de Viernes de Milagros, lo que Dios puso en sus corazones, y fieles al Señor dieron comienzo a las reuniones especiales.
 
Comienzo de Viernes de Milagros

Tenía la inquietud en el corazón de poder transmitir a la generación en la que me toca vivir, las obras de Nuestro Dios. Siempre sonaron muy fuertes las palabras de Jesús a mi corazón en: 

San Juan 14:12
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Medité en mi corazón y le dije al Señor: Señor yo creo en ti por lo tanto sé que en Tu nombre podré hacer mayores cosas.

Y le creí a Dios… creí cada una de las palabras que Dios dice, entre otras las de el evangelio de:
 
San Marcos 16:17
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Siempre estuvo en mi corazón y en el de mi esposa el deseo de agradarle a Él y ser vasos útiles en sus manos. De a poco el Señor fue poniendo en mi interior el deseo de enseñar, predicar y sanar, y no porque fuera un gran maestro o predicador o un sanador, sino porque el Espíritu Santo comenzó a poner ese deseo de Él en mi corazón, y era la oportunidad que Dios me daba para hacer crecer esa semilla que esta plantada dentro mío.

Es un privilegio para mí ministrar la palabra de Dios. Cada vez que tengo que hacerlo me preparo con todas mis fuerzas y mi capacidad, pero al mismo tiempo pido al Espíritu Santo que me dé esas palabras de vida eterna.

Una oración que siempre está en mi corazón es la escritura de:

Hechos 4:29-30
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

Yo quería y aún quiero poder hablar con todo denuedo la palabra del Señor, y que mientras su palabra es librada a los cielos Él pueda extender su mano para hacer señales y prodigios.

En el mes de Noviembre de 2009 realizamos en la Iglesia de la ciudad de Miramar, donde estamos pastoreando, dos reuniones de Milagros. Era la primera vez que lo hacía, en esta oportunidad invité a una persona conocida por nosotros y muy apreciado, el evangelista Darío Scuoppo, quien vino con su esposa Rebeca, ambos residentes en Italia. Ministraron la palabra de Dios y muchos de los que se acercaron en esos dos días recibieron el toque de parte de Nuestro Dios en sanidad, salvación y restauración.

Después de esas reuniones el evangelista me instó a comenzar reuniones de evangelismo, fue así una confirmación más al deseo mío y de mi esposa Ana; que Dios nos utilice poderosamente, siendo un matrimonio y una familia a la que Dios disponga en sus manos como instrumento.

El próximo mes de Diciembre de 2009 comenzamos con lo que Dios nos dio a llamar “Viernes de Milagros”

Estas son reuniones especiales que hacemos todos los últimos viernes de cada mes. Y están basadas en tres “pilares” o principios: Salvación, Sanidad y poder del Espíritu Santo.

A partir de ese momento en cada “Viernes de Milagros” nuestro deseo y enfoque es que El Señor se muestre con su salvación, su poder y sus milagros.

Me he cruzado con algunas personas Cristianas con las cuales surgió un tema, difícil de encontrar una respuesta apropiada a: ¿Qué es primero, la salvación o la sanidad? Con esto no quiero entrar en una discusión teológica o doctrinal. Algunos me decían que primero es la salvación, porque de qué sirve una persona sana que se vaya al infierno. Otros me decían, es verdad la apreciación anterior pero muchas veces la gente que es sanada, vivencia el milagro de Dios y cree, alcanzando así la salvación.
En mi humilde opinión la respuesta correcta son las dos. A veces el Señor salva y luego sana. Otras el Señor sana y luego salva; Después de todo en la misma obra de expiación  de nuestros pecados, me refiero a la muerte de Jesús en una cruz y su resurrección en la misma, el Señor llevó nuestros pecados y por sus llagas fuimos nosotros curados. No hubo dos cruces, una para los pecados y otra para las enfermedades. Cuando el Señor resucitó triunfante y la muerte no lo pudo retener, venció y llevó nuestros pecados y  nuestras enfermedades.

Isaías 53:4-5
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Por lo tanto pienso que Dios hace como quiere, a veces te salva y en ese proceso ya te está sanando y a veces te sana y en ese proceso ya te está salvando; es la multiforme gracia de Nuestro Dios.
Cuando Él murió por tus pecados lo hizo porque te amaba y cuando Él murió por tus enfermedades también lo hizo por amor.

El primer viernes de Milagros fue el día  18 de diciembre de 2009, recuerdo que fuimos con toda la expectativa para ver la mano de Dios haciendo milagros.

Llegamos a la reunión y estaban las mismas personas que nos juntamos semanalmente los días jueves, unas 30 personas aproximadamente, solo que estas no entendían porque estaban un día viernes si los cultos eran los jueves, salvo unos pocos. Todos estaban sentados en sus sillas inamovibles, la fe parecía que la habían dejado afuera del salón, una reunión a la que sabíamos que íbamos a tener que luchar y no contra carne y sangre sino, contra principados y potestades.

Recuerdo que posteriormente a que mi esposa llevará la alabanza con canciones de fe para movilizar a que  pudieran creer que estaban vivos, prediqué a los que estaban presentes y a los principados y potestades, acerca de la mujer de flujo de sangre que tuvo fe para soportar doce años su enfermedad y esa fe la llevó en un instante a tocar el manto del Señor y quedar libre de esa enfermedad.

No hubo mayores respuestas y terminamos el primer “Viernes de Milagros”.
Los próximos dos viernes siguientes fueron tan o más luchados que el primero, pero sabíamos que el Señor estaba gestando algo y por fe nos movimos y animamos a seguir creyendo a muchas palabras del Señor a nuestras vidas.

El cuarto viernes de milagros ya fue diferente, la gente de la iglesia comenzó a creer que era verdad que Jesucristo sana, salva, y libera, y obviamente la fe fue transmitida a otros que de a poco fueron acercándose. A partir de ese momento El Señor nos fue dando victoria sobre enfermedades, ataduras y opresiones, parecía cumplirse la palabra de Dios en:

Isaías 61:1-3
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Cada día son más lo que se acercan a beber de las aguas, tanto de esta ciudad como de otras, al ver las señales que el Señor hace. Como el primer día seguimos creyendo que el poder de Dios es ilimitado, y que Su Espíritu está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

En las últimas reuniones Dios nos dio romper el reino de las tinieblas con las alabanzas y traer la libertad gloriosa de los hijos de Dios, porque donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad. Muchos fueron tocados y transformados bajo la poderosa presencia del Señor. Familias enteras rendidas con todo su corazón a los pies de Cristo.

Seguimos creyendo como la primera vez y viendo la mano de Dios tocando las vidas. El nos dijo en las primeras reuniones que nos extenderíamos y que nos haría llevar su mensaje por otras tierras… y simplemente le creímos.
En estos días vemos el cumplimiento de esta palabra ya que para el mes de Noviembre tendremos el privilegio de tener “Viernes de Milagros” en una ciudad cercana a Miramar llamada Lobería.



Sabemos que esto no es posible sin la ayuda incondicional e invalorable de aquellos hermanos  y hermanas que están consustanciados con la obra del Señor y son fieles en lo poco, de cierto el Señor vendrá con retribución. A todos ellos ¡muchas gracias!
 
No sabemos lo que Dios tiene preparado de aquí en adelante, pero sí creemos lo que dice su palabra en:

1º Corintios 2:9
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Dios les bendiga!!


Mariano y Ana Pierini
Suyos en Cristo